BIOGRAFIA

SU HISTORIA

Yo no era un buscador espiritual, y no sabia nada sobre este mundo, pero el 15 de diciembre de 2010 la vida me ofreció una muestra del brillo del ahora y desde ese día ya nunca más volví a ser el mismo. Ese día no fue un final sino un inicio, un punto de partida. 

En esa experiencia vi como la percepción de la realidad cambiaba, todo se veía brillante y la sensación del colapso del tiempo relentizó la experiencia como si todo se moviera muy despacio. Había un inmenso brillo, el color de la luz del lugar era brillante y sentía un inmenso gozo espiritual.

Después de esa chispa comenzó un proceso de deconstrucción y observación contemplativa que duro aproximadamente 6 años. Los dos primeros fueron de soledad y silencio, hasta el punto de abandonar mi vida totalmente, de caer en la ruina social y de ser atendido por asuntos sociales para poder comer.

Llegó un momento en que sentí la necesidad de regresar, de entrelazar la vida introspectiva y renovada con la cotidianidad y con aquellos a quienes había dejado atrás en la pausa introspectiva. Esa transición, ese “renacer” en el mundo, no estuvo exento de desafíos, pero fue esencial para consolidar la comprensión.

Un día, sentado en el sillón de mi casa, viví una muerte espiritual, una experiencia de un dolor muy intenso e insoportable en el plexo solar que me dejó paralizado, me invadía el miedo pues parecía un ataque al corazón. Esa arrolladora experiencia se apoderó de mi control, no podía moverme, no podía mover las piernas ni lo s brazos, el dolor y la presión siguieron en aumento hasta que me rendí totalmente, en ese preciso instante todo se envolvió de una perfecta y brillante quietud espiritual.

Cuando abrí los ojos todo era diferente, ya no había un centro que observaba, todo tenía la cualidad del Uno. El espacio de la conciencia se había hecho presente, ahora se sentía una sencilla y plácida dimensión espiritual. Los objetos flotaban en ella. Dejé de sentir el cuerpo y la experiencia se envolvió de una cualidad de trasparencia.

Me levante del sofá y fuí caminando por la casa, sentí que ya no me movía por ella, sino que lo hacia por el espacio, hasta que percibí con claridad en una simple y amplia visión que lo que yo realmente era es el silencioso espacio inmutable y sin cambio del SER. Desde entonces no he abandonado esa percepción y he vivido para ella, he dejado mi vida para ser ella totalmente, abandonando toda identidad conceptual. 

Todo lo que creí sobre la iluminación espiritual se derrumbó y simplemente, todo volvió a la normalidad en un amor infinito que no me ha dejado y sigue aquí, expandido en la totalidad y en su ensanchamiento se muestra totalmente fresco a cada éfimero instante.

Doy las gracias a mi mujer por muchas cosas, pero una de ellas es el haberme acompañado cuando todo mi mundo se había derrumbado. 

Al principio de mi despertar me abrazaste en un silencioso y amoroso espacio, despertando en mí sutilezas y virtudes sensibles que me hicieron comprender el amor hacia las pequeñas cosas. 

Hoy la vida es muy sencilla a tu lado, hemos vivido muchas aventuras y nos hemos acompañado en un proceso raro y diferente, pero es precioso poder haberlo hecho juntos. 

Por ello te amo con todo mi corazón, la verdad está en nosotros para siempre. 

Te amo Ani.