¿Acabas de emprender el camino espiritual y buscas vivir el ahora? En este post quiero darte una visión de lo que para mí significa. Lo primero que me gustaría compartir es que vivir el momento presente implica una revolución silenciosa en tu interior, no solo es un cambio simple de estar presente en los objetos, experiencias, circunstancias, lugares o conversaciones, sino que en realidad es una transformación espiritual sin precedentes. Muchas personas piensan que con llevar la atención (foco) de su conciencia a lo que les rodea vivirán conectados con el presente y sentirán que son uno con la experiencia, pero eso solo es para románticos principiantes, pues cuando comenzamos con nuestro deseo de estabilizarse en el ahora, nos damos cuenta de que no esta tan fácil como parece.
En la promesa de que vivir el momento presente es extraordinario, muchas veces se pasa por alto los mecanismos y las complejas comprensiones que un ser humano debe vivir en su transformación. Antes de estabilizarse en el ahora, un proceso de transformación espiritual toma lugar en nosotros y cambiará la forma en la que experimentamos la mente, el cuerpo y la experiencia cognitiva.
Para que se entienda de una manera simple y con el ejemplo de la practicidad, cuando entras en el momento presente suceden cambios en la conciencia, estos cambios producen una variación en la forma en la que se percibe la experiencia, por ejemplo; la atención se desplaza de la mente o la imaginación al momento presente, y los objetos, paisajes o sensaciones corporales son sentidas con mayor intensidad produciendo lo que se llama “Vivir el ahora”. En definitiva, las variaciones en la conciencia y su conocimiento son clave para el desarrollo de la experiencia espiritual, el cual es considerado una ciencia. La atención o el desplazamiento parece algo extremadamente complejo de dominar al principio, de hecho, hay una ciencia en el zen para el dominio sobre la atención. Lo he intentado explicar de una manera simple, pero en realidad, sucede todo un espectro alucinante para que un cambio de percepción suceda y, cuando comenzamos a conocer los mecanismos que hay en nuestro interior, nos damos cuenta que hay todo un mundo interior que conocer, dominar y desvelar.
Conozco a muchos buscadores que llevan más de 40 años intentando dominar la percepción o visión espiritual, si le preguntamos a un estudiante sobre la realización espiritual o cuanto han logrado estabilizarse en el ahora, la gran mayoría de testimonios no son muy alentadores, muchos buscadores pasan años intentado dominar la conciencia y por supuesto, el éxito espiritual no está en absoluto garantizado, incluso cuando realizan todos los esfuerzos posibles y estén totalmente involucrados la tan anhelada estabilización no está garantizada.
El problema es extremadamente simple, pero complejo de poner en palabras, mi resumen es que en realidad cuando un ser humano emprende el camino de VIVIR EL MOMENTO PRESENTE, no se está dando cuenta de que en realidad está pidiendo una transformación compleja del sistema de la Consciencia individual y, muchos terminan abandonando cuando ven la verdadera batalla que hay en la transformación psicología que permitirá la estabilización. ¿Porque abandonan la gran mayoría de buscadores espirituales?
Por estos motivos:
- Para vivir el ahora debes de silenciar el sistema psicológico.
- Debes morir espiritualmente.
- Debes abandonar los deseos.
- Debes tener una entrega total a la presencia.
Estos puntos parecen una lista de tareas, pero en realidad no lo son, pero esto es otro tema. La gran mayoría de buscadores no tenía en sus planes tal transformación cuando escucho hablar del ahora, muchos solo escucharon la promesa pero no leyeron la letra pequeña en la que una transformación espiritual debe tener lugar. Esto es lo que en muchas ocasiones me encuentro entre las personas que me trasmiten sus inquietudes en las sesiones particulares y en los grupos.
El Aquí y ahora no es una experiencia o algo a lo que tu acudes cuando estás fastidiado o desamparado, es lo único que siempre ES, es el “lugar” (por decirlo de algún modo) donde la vida Una tiene lugar. En realidad “el ahora” no es un tiempo de los tres disponibles; presente, pasado y futuro, sino un principio atemporal y espiritual en nuestro corazón. Vivir en el ahora como modo de vida no es solo vivir en conexión con el mundo que te rodea; con los arboles, con el espacio, con los seres humanos, con los animales y el cosmos… En realidad esa conexión es un efecto de una conexión más profunda con lo atemporal, y como he dicho anteriormente, la gran mayoría de seres humanos, aprecian la experiencia de conexión como el principio básico, cuando en realidad, es la conexión con la dimensión atemporal lo que realmente importa. Podría parecer que el ahora es como un portal o puente de Unión que aporta al ser humano una reunificación espiritual con el entorno, pero más allá de ser una herramienta terapéutica es el corazón del SER, una disolución de la entidad del ego.
Corremos el riesgo de centrarnos en la experiencia de conectar, conectar y conectar con los arboles, las personas y el mundo, cuando en realidad, lo que importa en el camino es el no-yo o no-ego… dicho de otra forma, la verdadera estación de lo atemporal ilumina la esencia del Ser mas allá de toda conexión o relación con la experiencia y destapa lo atemporal en medio de la existencia. Otro tema aquí que no quiero tocar y tan solo pincelar es que la existencia es un sueño, una ilusión que solo existe en nuestra mente, y, cuando hablamos de conectar con la existencia que nos rodea, perdemos el verdadero enfoque que trasparentaría o despertaría a la ilusión de la materia, pero como he dicho, no es algo en lo que me quiera meter en este post.
Continuado con el tema de este post, el Aquí y Ahora debe de ser expresado como una fuente de sabiduría y reverencia filosófica, fuente de Conciencia e inteligencia que revela nuestra inexistencia como individuos separados de la Totalidad. Dicho de otra forma, la verdad es que no entramos en el ahora sino que salimos de la experiencia del yo separado pues, el ahora es el lugar santo y divino de una expresión UNIVERSAL y no la experiencia del un “yo”, un puente de unión espiritual Con Nuestro SER. Vivir conectado a la esencia del Ser indivisible, más allá de una mirada interminable de formas que parecen separadas en su superficie, solo puede reunificarse y recobrar su autenticidad, cuando el ser humano toma contacto con la “PRESENCIA” del ahora. Repito, para que no nos perdamos en el contexto, no entras en el ahora sino que sales de la experiencia hacia la no-experiencia o lo que no tiene experiencia. Digo esto porque en las enseñanzas contemporáneas sobre como o que vivir en el ahora, parece que cuando entramos en el momento presente, la limitación del yo separado toma para sí mismo el objetivo de la experiencia atemporal (del momento presente), pero lo atemporal no es una experiencia del “yo”, es la no-yo-experiencia. Así que uno de los errores básicos de los buscadores o estudiantes del momento presente es creer que vivir el ahora es una experiencia.
Por supuesto que el Ahora es el éxtasis sagrado de la naturaleza humana. Por supuesto que todo ser humano que conoce el puente de entrada al momento presente, tiene entre sus manos una fuente de felicidad, de calma y de dicha interior, un lugar donde descansar y reposar del agravio y la inadecuación, del ritmo de vida frenético de la existencia, por supuesto que es el descanso espiritual, pero eso son solo los efectos de la disolución y no el objetivo final, puesto que el objetivo final es la muerte del ego.
El ser humano anhela la felicidad y desea una vida digna en armonía con el “TODO”, en términos simples, rechaza todo lo que le genere dicotomía o desorden en la conciencia y ama todo lo que le genere paz, calma y quietud. Esto sucede como una premisa natural de Ser, como el fundamento básico del amor en nosotros mismos. Sin embargo no encontrará la felicidad natural mientras siga desconectado del momento presente y la entidad ficticia creada por la mente siga operando a través de nosotros.