
La vida es libre. La libertad no solo es una fuente de riqueza sino la inteligencia más elevada que existe. No tienes la obligación de atrapar nada de lo que en la vida sucede, no tienes la obligación de sufrir, pero si no comprendemos que somos la libertad, pagamos el precio de pensar y sentir que somos los autores de las apariencias y las circunstancias, cuando en últimas, lo que verdaderamente somos, es la libertad misma.
Segundo a segundo, la Consciencia se actualiza para aparentar, de un modo muy convincente, que la experiencia es real. Pero, no puede tener realidad, es solo una apariencia. Los pensamientos transitan sin cesar, explosionan y explosionan como las olas llegan a la orilla, todos se desvancen una y otra vez en el espacio de tu momento presente. Ninguno vienen para quedarse.
Cuando tienes una sensación de estar pensando sin descanso, tenemos la sensación de que unos empujan a otros, como un carrusel, el carrusel de la conversación interior. ¿No es hermoso? Se amontonan y juntos crean la historia.
Eso es todo, un pensamiento llega a la orilla de la existencia y cae de nuevo en el vacío, tu eres el observador, el testigo oculto que no experimenta, solo observa. Las sensaciones y las emociones, los sentimientos y su rica experimentación son como visitantes de una ciudad, son turistas del presente, apariencias finítitas en un espacio infinito que puede recibirlo todo, desde lo más oscuro hasta lo más luminoso.
Eres un espacio presente que es libre del devenir, un espacio despierto que no teme las apariencias, que las abraza en su amorosa y despierta esencia.
Eres una puerta del olimpo por el que puede transitar cualidades infinitas de humanidad, a la que tu Ser despierto puede hacer conscientes como la libertad misma, porque eso es lo que es iluminación, un acontecer libre, despierto y lúcido de las fragancias de la humanidad.
El despertar de la consciencia sucede cuando el ojo de la Conciencia está despierto a las apariencias, y ya no cae en la trampa de la individualidad con las percepciones y exposiciones que la Consciencia sirve en el carrusel de la experiencia. Cuando solo hay acontecer libre, la gracia aparece.
Los seres humanos no nos consideramos el espacio infinito libre del acontecer, sino que nuestra percepción, posada en la experimentación, se considera el receptor individual de lo que en últimas solo es una manifestación pasajera, transitoria por naturaleza.
Una ola de experiencia, cualquier tipo de ola, se considera separada del océano, creemos que lo que acontece debe de algún modo ser nuestro y solidificarse en nuestra memoria, porque la dimensión del instante presente es considerada real. ¿Es real el presente?
Cada presente cae en el vacío de nuestra inmediatez. Pregúntate esto ¿Dónde están todos los pensamientos o sensaciones que experimentaste ayer? Ya no están, ya no existen. La memoria quiere creer que eso es tu vida. Pero ¿Es tu vida realmente? No lo es, las apariencias no son tu vida, tu eres mucho más que cualquier sensación, emoción o pensamiento que acontezca en el presente. Eres el presente libre de acontecer.
Los seres humanos están atrapados en la consciencia cuando realmente somos libres del acontecer, creemos que lo que aparece en nuestra experiencia es quien nosotros somos. Todo ser humano que desee despertar debe darse cuenta que no estamos sucediendo, sino que somos un mero testigo libre, y al hacerlo, la libertad como gracia misma, se experimenta en el máximo esplendor de su propio gozo divino.
Inmensidad, espacio y amor
Sergio.