Es posible que, en la búsqueda de la Eternidad, de la energía única y el Absoluto, estés pasando algo por alto, que te tiene “extremadamente atrapado”. Imagino que como buscador, conoces muchas enseñanzas trascendentales, metafísicas y extraordinarias. Por loco que pueda parecerte, lo que vas a leer en este artículo, debes comprender, que quiero sacarte de ese lugar que te atrapa.
Mi más sincero pésame, a todos aquellos buscadores que están atrapados en lo espiritual. Les mando todo mi cariño y les aconsejo, que lean este texto e intenten comprender la libertad que en él existe.
¿Iluminación? Has oído hablar de ese premio, ¿verdad? He de decirte, que esta es la trampa más atractiva que existe para el “buscador espiritual”.
Este artículo no es para los iniciados. Los iniciados, tienen que conocer desde su estado egóico, que existe algo trascendente, mágico, libre y empoderado, que está más allá de la persona y que es absoluto vacío, espacio y libertad. Por supuesto, que el estado egóico no es el estado natural y cuando hablamos de iluminación, lo hacemos solamente porque los seres humanos estamos instalados en el estado de separación. Es por esto, que desde un individuo separado la iluminación existe.
Podemos afirmar, que la humanidad se encuentra atrapada en el estado egóico, instaurada en la represión de una energía, que te separa de los seres humanos, de la naturaleza y del cosmos.
La separación se da por hecho.
El estado egóico es un reino de contenido. Su estructura es el conocimiento de un yo, que está a su vez lleno de contenido del mundo de la materia. Este conocimiento sobre la materia, es lo que llamamos realidad, pero solo existe como realidad en el fondo de nuestras mentes. Aquí es donde la cosa se pone interesante, aquí es donde todo comenzó. Se pone interesante, porque lo que llamamos materia, está vacío y el contenido es onírico y conceptual.
El primer ser humano que despertó y descubrió, que el contenido de nuestras mentes, tenía la cualidad de un sueño, una estructura pensada e imaginada, tuvo que volverse muy hábil para hablar de la naturaleza de aquello que solo existe en nuestras cabezas; viéndolo desde otra perspectiva, para hablar, desde un estado no afectado por lo que surge en la cabeza, que es lo que se denomina, salir del sueño. Es por ello, que las escrituras antiguas, tenían una limitación en expresión. Creo que actualmente estamos en un momento dulce para despertar e ir más allá del ego.
¿Qué medio se utiliza para salir de la cabeza?
El único medio posible utilizado, ha sido borrar o quitar poder al contenido y volverlo transparente, hasta finalmente trascenderlo. Los métodos han sido muy variopintos: la meditación, las prácticas nihilistas, el yoga, el vedanta advaita. Toda una ciencia, para ver que el sueño de la separación, está solamente en nuestro pensamiento. Y por supuesto, hay toda una necesidad, de tirar a la basura el contenido de nuestra mente, porque, en cierto sentido, es como llevar el peso de la materia sobre nuestros hombros.
Todos los maestros dan por hecho que, tú, el buscador, está en el estado de separación, porque si no, no leerías ni buscarías en la espiritualidad. Cuando tu vida es intrépida y vibrante, no te interesas en buscar nada, allí está todo contigo. Si tenemos en cuenta esto, el procedimiento habitual, es hablarte de lo que es trascendente, de lo que es anterior, de lo que está detrás o delante de la mente, permeable a la mente. Y afirmar, que hay algo más profundo y auténtico que el contenido de nuestras cabezas. Esto sucede por defecto, simplemente, porque parece ser el medio para despertar.
No nos damos cuenta de este asunto y de su profundidad, pero si pudieras experimentar sin contenido, por solo cinco segundos, te darías cuenta, que todo, sin excluir nada, tiene la naturaleza de un sueño. No estamos diciendo que sea irreal, no quiero centrarme en ello ahora, dejémoslo por el momento, en que es consciencia onírica. Onírica significa, que está creada por la consciencia. La consciencia es la que une los dos aparentes mundos y conecta a los seres humanos con la existencia.
Pero, no hay nada malo en la consciencia, es algo extraordinario; la naturaleza de las realidades es necesaria, ya que son parte de la inteligencia/conciencia que somos. Por ponerte un ejemplo: aquel que tuvo un sueño, John Dunlop, desarrolló la primera cámara con neumáticos para bicicletas y gracias a ese sueño, tú te transportas en coche, en avión o haces deporte pedaleando en tu bicicleta. Hasta aquí y con estos sueños creativos, no tenemos ningún inconveniente. Donde la historia del ser humano se pone interesante y se agrava, es cuando nos volvemos creativos en los dramas y sufrimos o nos identificamos como un agente separado de la inteligencia, que lleva la sensación de ser el autor de las acciones o el que las sufre. Hemos de descubrir, que el contenido de ese yo, es un sueño y que ese yo de la mente, no es finalmente quienes somos.
Dios ha sido un invento fantástico.
Y es aquí, donde aprendemos a decir que no somos los autores, que no hacemos nada, que hay un Dios que actúa, un Dios que es la inteligencia del universo. El artífice de toda acción en todas las cosas y un largo etcétera.
En cierto sentido, tal y como estamos viendo en este escrito, tenemos la imperiosa necesidad, de vaciar el contenido de la cabeza de ese yo, tenemos la imperiosa necesidad de crear una realidad más elevada, que sea efectiva y que nos amortigüe el contenido de nuestras cabezas. En este sentido, Dios fue un buen invento. El podrá asumir todas las culpas de lo que nos sucede, de nuestra suerte o de nuestra mala suerte.
Este yo, por su naturaleza y la forma en la que vibra, está alineado con el mundo de los objetos físicos, con el mundo de las circunstancias; tiende a pegarse a todo lo que llamamos realidad. Por ello nace el nihilismo, la idea de Dios o la idea de que la materia es irreal, posición apoyada por la ciencia actual, así la mente se reajusta y retiramos la energía de lo que nos hace sufrir. La materia, se disuelve en nuestra mente a través de la enseñanza y lo que queda es el espíritu ingrávido o Presencia. Es por esto, que nos sentimos más ligeros y vigorosos en la energía espiritual. Y es por esto, que cuando el primer ser humano despertó, se quedó maravillado con el peso de la materia en nuestra alma. Ninguno. A partir de que despertó al vacío del contenido, viéndose onírico e ingrávido, comenzó el juego de las palabras y los sistemas, para hacer despertar a la humanidad de este sueño de la construcción objetiva y subjetiva.
Tu verdadera naturaleza es estar disuelto.
Las religiones y la espiritualidad, deberían de tener un acuerdo mutuo, pero como la tendencia es dividir y no disolver, no parecen haber ido de la mano muy amigablemente. Lo que, si sacamos en claro con todo esto, es que… la finalidad, es ver al “yo” y su contenido, como pensamiento, eso es todo. Al verlo, dejamos de sufrir; el agente de la mente se disuelve y te mueves mucho más libre por este mundo, el cual, finalmente se ve como un “tono indiferenciado”.
Debido a que la mente se ha instaurado como un rey, parece que hay que hacer un gran esfuerzo para dejar de ser un yo pensado, cosa que parece bastante básica y normal, pero al no ser tan fácil, ya que el pensamiento y su identidad son el centro de nuestra vida, nace el radicalismo de las enseñanzas. Una de ellas es el neoadvaita. Nada existe, tu no existes, el yo no ha existido nunca, no eres el hacedor, etc.
¿Qué pasa con estas enseñanzas? He de reconocer que he amado esta profunda comprensión, de la no-existencia o visión lúcida, de que todo el contenido de la mente, era una visión virtualizada del mundo de la materia y de que, ese yo, que parecía operar, no era más que la radio interior, que finalmente puede ser apagada. Los extremos, no siempre cumplen su función a la perfección y corremos el riesgo de tomar al pie de la letra este radicalismo. En su naturaleza, debes de despertar el vacío interior, libre de contenido y estructura, y descubrir que hay una identidad que está exenta de juicio e interpretación. Teniendo en cuenta, que esta estructura espiritual del Ser absoluto y libre, no es afectada por el juicio y no puede ser descrita por la mente, es considerada tu experiencia o naturaleza búdica. Porque es pura y no puede ser conocida por el pensamiento. Esto lo hemos escuchado muchas veces, con frases como: “no hay ningún yo que se realice” o “el yo no puede conocer al Ser”.
* Hasta aquí, la explicación de lo que llamaríamos la primera parte del despertar, donde atisbas otro tipo de realidad diferente a ti, fuera de la mente de los objetos, fuera del apego o del conocimiento de la mente. Al hacerlo, quedas atrapado en la visión de la búsqueda.