El encuentro con Dios es algo muy inmediato, cotidiano y cercano. Es muy profundo para los que vienen de la superficie de lo externo, pero aunque sientas que necesitas ahondar, es muy cercano, está en la superficie, en la inmediatez de la vida.
Solo has de ver al Ser, mirar cómo lo divino a través de todo, pues todo está siendo una hermosa invitación de Ello: los sentidos son también la invitación, en el mirar hacia el mundo y ver con tus ojos lo relativo utilizas La Luz del ser, así que con tus ojos puedes ver la expresión de lo divino. Es por ello que podemos encontrar belleza y amor en el exterior, al ver un paisaje, en el arte, etc.
Es posible que al buscar la iluminación o la revelación extraordinaria, te pierdas lo que sucede en el momento y no puedas ver al Ser en el mirar cotidiano, o tampoco puedas sentir al Ser en el escuchar a través del oír, ya sean el sonido del viento, las ruedas de un coche que pasa, etc. La revelación se está expresando ahora en lo más sutil, está ahí esperando-te, viviendo-te al descubierto.
Al experimentar en lo sutil del ahora que todo es Eso, cada pequeña cosa se revelará como Ello, el instante se volverá mágico y vibrante y la verdad se revelará en lo cotidiano.
El pequeño yo que parece ofrecerte el aparente percibir como entidad separada no lo está realmente de Dios, es solo Él. Solo hay una verdad Una y no hay división ni fracción alguna separada por su aliento o expresión. La verdad es Una e indivisible, solo los pequeños “yoes” que no son reales piensan que tienen una vida independiente.
Puedes mirar con claridad si lo haces con asombro y amor por todo lo que aparece en la Conciencia como Él, no rechaces lo que surge, solo mira a través de ello. Mira a lo divino como lo divino eso es todo lo que buscas.
Iluminación es ver lo extraordinario en lo ordinario no te equivoques, no es un camino o un refinamiento de tu persona, eso es algo que sucede por añadidura, es un mirar lúcido a lo surge en Lo Que Es y ver que tú eres Eso.
Buscamos al Ser pero eso ya es lo que eres, y surges en todas las formas como Ello quiere representar libremente, aunque no lo detectes como algo inmediato, te está tocando, respirando, viviendo y amando, justo ahora en esta inmediatez.
No puedes verlo porque buscas otra cosa y no miras con lucidez. Das forma y concepto a lo que ves y oyes, ves una mesa y el saber sobre ella te impide ver el Ser manifiesto. Cuando retiras la mente de los objetos se revela la identidad Única del Ser, la realidad única sin forma.
La infinita y siempre bendita expresión en lo manifestado siendo una mesa, el suelo y el techo. El Ser sin forma y puro es lo sutil en lo grueso, la unidad en la diversidad que satura la forma y la rodea con su fragancia de energía Única.
Tú como apariencia eres el reflejo de una pureza no señalada u objetivada sino presencia Pura, todo lo que aparece ahora es una saturación de su expresión, una Magnifica expresión del brillo de la Conciencia. Lo más minúsculo e irrisorio que veas, desde un gusanillo a un hombre completo e iluminado es El Divino.
Tenemos la sensación que hemos de encontrar lo absoluto en el interior, pero lo relativo es su reflejo, es la llamada al mirar lúcido, está saturando lo que surge y es para que lo veas, como expresión lúcida en lo manifiesto ahora mira con claridad y verás la trascendencia de lo que hablo.